Bruxismo, ¿Qué dicen los estudios?
En la entrada de hoy vamos a revisar qué nos dicen los estudios científicos acerca del bruxismo, un tema de especial preocupación entre nuestros pacientes de Raquel Galindo Fisioterapia, clínica de fisioterapia en Valencia. Ya hemos hablado con anterioridad del bruxismo, dejando claro la incertidumbre en cuanto al carácter negativo de esta actividad muscular. Hoy, desde un punto de vista científico, vamos a profundizar en los aspectos que generan controversia.
El bruxismo en continuo análisis
El bruxismo consiste en el apretamiento (con o sin contacto de las piezas dentales) o rechinamiento dental que se produce por la actividad repetitiva de la musculatura masticatoria. Es una entidad muy común en toda la población, tanto adultos como jóvenes y, actualmente, supone un motivo de alarma para la población que lo tiene (o cree tener). Sin embargo, a nivel científico cada vez son más las dudas que surgen en relación a la función del hábito bruxista: ¿es realmente una condición tan negativa?, ¿puede tener un fin fisiológico útil para la persona que aprieta sus dientes por la noche?
A nivel científico cada vez son más las dudas que surgen en relación a la función del bruxismo: ¿es realmente una condición tan negativa?, ¿puede tener un fin fisiológico útil para la persona que aprieta sus dientes por la noche?
Su diagnóstico: un reto para paciente y profesional
La primera gran incertidumbre que surge es el diagnóstico del bruxismo. El diagnóstico definitivo requiere pruebas médicas (polisomnografía y electromiografía). Estos métodos no son fácilmente accesibles y, por otro lado, suelen ser excesivos en la mayoría de los casos.
Ante esta situación, se ha consensuado que a nivel clínico se pueda realizar un diagnóstico “posible”. Dicho diagnóstico va a necesitar que el paciente nos indique que es consciente de apretar los dientes. Si además, obtenemos signos compatibles con el bruxismo durante la exploración, podremos obtener un diagnóstico “probable”. Con esto podemos concluir que, actualemente, para poder realizar un diagnóstico, el paciente ha de ser consciente de que es bruxista.
Actualemente, para poder realizar un diagnóstico, el paciente ha de ser consciente de que es bruxista.
Sus consecuencias: muy variables
Podemos encontrar a personas que no sean capaces de mantener la mandíbula relajada durante unos minutos al día y, sin embargo, no tengan síntomas de disfunción temporomandibular. Por otro lado, podemos encontrarnos con esa persona que está opositando y, desde que le han dicho la fecha del examen y está doblando las horas de estudio en contra de su cronotipo, se da cuenta de que aprieta los dientes y cada vez abre menos la boca.
Esta disyuntiva nos la encontramos también a nivel científico. Aunque el bruxismo se incluye dentro de los factores de riesgo para sufrir disfunción temporomandibular, en las últimas décadas, algunos estudios están estudiando si dicha actividad puede tener una función fisiológica útil.
Por tanto, actualmente el bruxismo sigue siendo motivo de estudio científico ya que cada vez son más los estudios que aportan novedades y nos hacen tener que evolucionar sobre nuestro pasado concepto de bruxismo. Por ahora, lo que la evidencia nos indica es que, como especialistas en disfunción temporomandibular, hemos de tener presente si nuestro paciente tiene hábito bruxista o no y, en base a nuestro proceso de razonamiento clínico, indagar sobre cuánta repercusión tiene esa actividad bruxista en su cuadro clínico.
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