La fascitis plantar es una de las dolencias más comunes del pie y afecta a gran parte de la población, por lo que desde Raquel Galindo Fisioterapia queremos explicarte qué es y cómo se trata mediante fisioterapia.
¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar consiste en un proceso inflamatorio que afecta a la fascia plantar. La fascia es una banda de tejido conectivo que se extiende desde el talón hasta la base de los dedos. Este tejido se encarga junto a otras estructuras de evitar el colapso del arco plantar del pie, lo cual favorece la protección de estructuras articulares, musculares, vasculares y neurales; además ayuda a absorber parte la energía del impacto del pie contra el suelo al caminar por lo que es una estructura muy importante que está sometida a un estrés mecánico constante.
Por lo tanto, la causa de la inflamación de la fascia es el estrés continuo al que se somete. Muchos pacientes se sorprenden cuando empiezan con un dolor en la planta del pie, ya que no recuerdan haberse dado un golpe en la zona, pero cuando preguntamos más a fondo es común que el dolor haya empezado con una práctica deportiva más intensa de la habitual, cambios en el calzado, mayor actividad en el trabajo…
Si este proceso inflamatorio no se revierte, empieza un proceso degenerativo en el tejido de la fascia dando lugar a una fasciosis plantar siendo esta una de las causas comunes de dolor crónico en la planta del pie.
¿Cuáles son los síntomas de la fascitis plantar?
El síntomas más común es dolor en la planta del pie, especialmente en la zona del calcáneo donde se inserta la fascia. Es muy típico que el dolor sea intenso después de haber estado en una posición de descanso, como al despertarnos por la mañana o después de pasar varias horas frente al ordenador. El dolor también suele empeorar después de la práctica deportiva, y puede mejorar con la movilidad ligera del pie, como por ejemplo después de caminar unos minutos.
¿Como se trata la fascitis plantar?
En una primera fase en la que existe un proceso inflamatorio agudo, el objetivo será reducir la inflamación, controlar el dolor y reducir la carga que tiene que soportar la fascia para no reagudizar la sintomatología.
Para ello, reduciremos la práctica deportiva (dependiendo de cada caso puede ser necesario detenerla completamente o parcialmente) y desde la fisioterapia aplicaremos técnicas de terapia manual, vendajes de descarga, crioterapia y utilizaremos ejercicio terapéutico. Uno de los ejercicios más simples y que mejor funciona en esta fase es el de la foto que podéis ver aquí abajo: con una botella de agua congelada, la ponemos en el suelo y la rodamos adelante y atrás en la planta del pie con una ligera presión durante un par de minutos, varias veces al día. También se pueden realizar estiramientos como los que os presentamos en nuestros vídeos para descargar las estructuras del pie.
Una vez ha pasado la fase más aguda, se reanudará la práctica deportiva progresivamente, y en este momento cobrarán especialmente importancia los ejercicios de fortalecimiento con el objetivo de ir “acostumbrando” a la fascia a soportar progresivamente la carga mecánica continua a la que debe verse mantenida en el día a día. Normalmente la recuperación de una fascitis no es rápida, pero siguiendo estas pautas y bajo la supervisión adecuada de tu fisioterapeuta, habitualmente se consigue mejoría desde la primera sesión.
Aquí os dejamos un enlace a nuestra lista de vídeos “Ejercicios de Prevención: Fascitis plantar”, que te servirán para prevenir estas molestias.
Si tienes alguna duda y crees que sufres una fascitis plantar o cualquier otro problema del pie, no dudes en contactar con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.
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